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En la actividad de Control de Plagas, los llamados por reclamos son frustrantes y atentan contra nuestras ganancias. También nos obligan muy a menudo tratar con un cliente insatisfecho.
A continuación compartiremos las principales causas de las quejas y reclamos en control de roedores, y algunas sugerencias para mantener el número de estas incómodas llamadas en un mínimo.
1. Áreas de alta actividad de roedores no identificadas.
Raramente los roedores infestan un edificio en forma pareja a través de todos sus pisos y ambientes. Por el contrario, ellos se establecen dentro de rangos razonablemente cercanos a las fuentes de alimentos y agua. Los roedores, a través del tiempo, establecen rutas de uso permanente dentro de nuestros edificios. El ubicar estas “autopistas” es clave para un correcto cebado y trampeo. Para acceder a la colonia de roedores, debemos buscar rastros de orina, abundantes excretas y “marcas de grasa”, todas las cuales contienen olores (y posiblemente feromonas) muy familiares para otros roedores. Las herramientas de control colocadas en estas áreas serán mucho más efectivas que las colocaciones automáticas y no razonadas a lo largo de las paredes.
2. Estaciones de cebado o trampeo en cantidad no suficiente para la infestación.
El subestimar el tamaño de la infestación es otro error muy común en el control de roedores. Debemos considerar cuidadosamente la descripción del problema que nos hace el cliente, combinada con una inspección profunda. En algunos casos, una inspección nocturna también puede ser muy valiosa. Dependiendo de cuánto hubiéramos subestimado la población, este ciclo de “cosechar” roedores se puede prolongar por meses. Al comenzar un tratamiento y en aras de una buena eficiencia de costos, la mejor estrategia esequivocarse por sobreestimar el tamaño de la población y cebar y trampear abundantemente en las áreas de alta actividad. Los cebos o trampas excedentes se pueden ir retirando según las necesidades en cada visita de inspección.
3. Puntos de cebado o trampeado demasiado separados.
Una inspección cuidadosa ayuda a revelar las aéreas de alta actividad de los roedores, aunque también es importante un análisis de la situación. Debemos considerar que la zona de procura de alimento para un ratón casero no es la misma que para una laucha. Una buena estrategia es colocar las trampas o cebos en las distancias mínimas (cada 2 metros para lauchas y cada 3,5 metros para ratas). El espaciamiento se puede aumentar a medida que la población se vaya reduciendo a través del tiempo.
4. No hay acceso a los espacios estructurales confinados.
Los ratones caseros y las ratas “de techo” son propensos a ubicarse en lugares difíciles de acceder en los edificios o su equipamiento. Tales espacios incluyen cielorrasos suspendidos y pisos, canales de telecomunicación, conductos de cables, espacios huecos de góndolas, etc.. Para lograr la más eficiente estrategia de control, es clave acceder a los espacios confinados de los cielorrasos. Los planos de equipamientos o estructurales deben ser estudiados para colocar los elementos de control lo más cerca posible de la actividad de los roedores. No debemos esperar a que ellos transiten fuera de sus caminos habituales para interactuar con las trampas o cebos.
5. No se considera la presión externa.
A veces, los problemas persistentes de roedores, se originan en la parte exterior de los edificios. La vegetación tupida, (malezas, plantas ornamentales bajas y densas) pueden proporcionar un lugar adecuado para poblaciones de roedores. Cuando se sospecha que las áreas exteriores o los edificios adyacentes pueden contribuir a “alimentar” los problemas crónicos, esta situación debe ser discutida con el cliente al principio de la relación y puesta por escrito. Además de los programas de ataque y de mantenimiento de control de roedores, los servicios de prevención o exclusión y/o las recomendaciones pertinentes son la clave para el lograr éxito a largo plazo. Si el cliente no llega a comprender esto, usted perderá mucho tiempo y dinero atendiendo reclamos debidos al ingreso de roedores que están fuera de su control.
6. Hay ratas neofóbicas presentes.
Es muy común en un programa importante de control de roedores encontrarse con reclamos para sacar la última pareja de ratas (especialmente al final del programa). Las ratas neofóbicas son aquellos individuos dentro de la colonia que tienen un sentido extra de “precaución” ante los elementos nuevos que aparecen en su área de acción, y por ello, tienden a no interactuar inmediatamente con nuestras trampas o estaciones de cebado. La mejor estrategia es retirar en primer lugar la mayor parte de lo que sospechamos que es la fuente de alimento de la colonia y reemplazarlo con cebos y/o trampas pre cebadas y encubiertas. Al realizar el presupuesto inicial de un programa, es conveniente presumir que va a ser necesario realizar algunas visitas adicionales para combatir las últimas pocas “ratas inteligentes”.
7. El cebo no coincide con el alimento preferido por la colonia.
En los ambientes urbanos, la mayoría de los roedores tienden a ser oportunistas en sus conductas de alimentación, por lo tanto es conveniente efectuar un pre-cebado. Otro truco consiste en colocar cebos en pellets, harinas, granos o bloques, todos juntos y en pequeñas cantidades en unas pocas ubicaciones dentro del área de gran actividad. Al controlar varios días después, usted podrá determinar si es que están ignorando los cebos en grano o alguna otra formulación específica. Si los roedores seleccionan alguna formulación en particular, utilízala en todos los puntos de cebado.
8. Los cebos son viejos o están contaminados.
A veces, los reclamos son simplemente el resultado de que algún técnico no esté prestando atención a las reglas básicas de la buena práctica de cebado para roedores. Recuerde que, cualquier cebo instalado en casa de un cliente debe competir con la comida que ya tienen disponible y está siendo consumida por los roedores. En muchos casos estos alimentos son bastante buenos, (elementos de panadería, sobras de restaurantes, sobras de cocina, de comidas rápidas, etc.). En estas circunstancias, los roedores pueden no resultar tentados por cebos con moho o contaminados con insecticidas, o algunos otros olores o residuos químicos. Si a través del tiempo la frescura de los cebos es cuestionable, cámbielos.
9. ¿Roedores resistentes?
Finalmente, cuando seguimos teniendo reclamos a pesar de estar realizando programas de cebado aparentemente profundos, se puede obtener un mejor control cambiando a cebo no-anticoagulantes tales como bromethalin, o alguno de los anticoagulantes más potentes, como el Brodifacoum.
Resumen
Las llamadas de reclamo por roedores pueden ser frustrantes y costosas. La clave para evitar los reclamos es comenzar con inspecciones meticulosas para identificar la presión externa de roedores y las áreas internas de alta actividad. Además use el correcto número de trampas o cebos y distribúyalos de acuerdo con la situación particular. Y recuerde que también es importante venderle al cliente la idea de asegurarse que se dedicará el tiempo suficiente para un programa profundo que incorpore todos estos procedimientos.
¡Buena Suerte!
Fuente: Robert Corrigan
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