Cucarachas, la principal causa de alergia

El 62% de los porteños y el 54% de los bonaerenses con rinitis o asma es alérgico a este insecto

Su poder alérgeno es aún mayor que el de los ácaros y los animales domésticos

Se estima que por cada cucaracha que aparece de día hay 800 ocultas

Son repugnantes. Su amor por la basura es tan grande como el desagrado que despierta verlas deambular por cocinas y baños en busca de alimento o refugio. Pero lo peor es que son tremendamente insalubres: no sólo trasladan sobre sí mismas microorganismos causantes de enfermedades tan diversas como la gripe, la lepra o la tuberculosis, sino que además causan alergia.

Un reciente estudio demostró que su presencia en los edificios de departamentos causa más casos de alergia y asma que los ácaros o los epitelios de perros y gatos. "El estudio confirmó que los alérgenos de cucaracha son el principal contribuyente del asma infantil en los medios urbanos", declaró el doctor Kenneth Olden, director del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Medioambiental, de los Estados Unidos.

Esa institución, junto con el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, evaluó a más de 900 chicos de entre 5 y 11 años con síntomas de asma de moderados a severos. Los pequeños fueron sometidos a tests cutáneos que permiten evaluar a qué sustancias eran alérgicos.

"Los chicos [cuyos test de alérgenos de cucaracha] dieron positivo y se encontraban expuestos a estos alérgenos experimentaban un aumento significativo de los días con síntomas de asma", comentó la doctora Rebecca Gruchalla, profesora de Medicina Interna de la Universidad de Texas, que participó del estudio cuyos resultados publicó el Journal of Allergy and Clinical Immunology.

El impacto de los alérgenos de cucaracha sobre el asma y las alergias en general no sólo es una cuestión de chicos. Como señaló el doctor Julio Félix Albónico, de la División Inmunidad y Alergia del Hospital de Clínica, "desde hace tiempo se considera que las cucarachas constituyen uno de los principales responsables del pool heterogéneo de alérgenos conocido como «polvillo ambiental»".

"Estudios realizados en nuestra división de alergia han demostrado que, en la ciudad de Buenos Aires, el 62% de las personas con manifestaciones alérgicas respiratorias presentan una hipersensibilidad a los antígenos de cucaracha. Lo mismo ocurre en el 54% de esos pacientes en la provincia de Buenos Aires", agregó el doctor Albónico, cuya tesis doctoral abordo los fenómenos alérgicos asociados a la cucaracha.

Una presencia insalubre

Las cucarachas son conocidas no sólo por ocasionar alergias respiratorias (rinitis y asma bronquial), comentó el doctor Albónico, "también se las ha asociado con fenómenos de hipersensibilidad cutánea e incluso con fenómenos alérgicos digestivos".

Sucede que lo que causa alergia de las cucarachas es... la misma cucaracha: "Los alérgenos están presentes en su cubierta quitinosa, en sus heces, en su saliva e incluso en la envoltura de sus ootecas [nidos]".

Así, su deambular nocturno por las cocinas en busca de comida deja huellas de todo tipo (saliva, heces, escamas de sus alas) en los alimentos que más tarde llegan a nuestra mesa. Y a su potencial alérgico hay que sumarle su capacidad de transportar gérmenes de todo tipo... que también llegan a nuestra mesa.

"Muchas de las diarreas que los chicos tienen en verano pueden deberse a alimentos contaminados por las cucarachas", sugirió Albónico.

Por eso, la principal recomendación para evitar que estos asquerosos insectos causen enfermedad es tratar de reducir su presencia en los hogares y su contacto con los alimentos. Y en esa lucha desigual -se estima que por cada cucaracha que vemos de día hay otras 800 ocultas-, la higiene es el factor principal (ver ilustración).

"En aquellos cuadros de alergia o asma asociados a las cucarachas en los que es imposible erradicar del medio ambiente al responsable de las manifestaciones alérgicas, la inmunoterapia es un procedimiento válido y reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para mejorar la calidad de vida de los pacientes", concluyó el especialista.

Por Sebastián A. Ríos
De la Redacción de LA NACION