Por Stoy A. Hedges

Algunas situaciones pueden requerir una utilización extensiva de plaguicidas mientras que otras requieren poca o ninguna aplicación. No obstante, en cada caso, deben ser empleados utilizando nuestro mejor juicio para aplicarlos donde se puedan obtener los mejores resultados

“ Manejo Integrado de Plagas”: — ¿algún otro término ha creado tanta confusión, incertidumbre o diferencias de interpretación en la industria del control de plagas? Si usted pasa algunos días buscando en una variedad de literatura — incluyendo revistas de la industria, diarios, publicaciones o regulaciones gubernamentales — usted descubrirá tantas definiciones de MIP como páginas de internet que se refieran a la sigla “MIP”.

¿Donde coloca todo esto al típico profesional del servicio de control de plagas que está en la calle todo el día tratando de servir a las necesidades de sus clientes o clientas? ¿Por qué deberían estos profesionales preocuparse por la última definición de MIP, especialmente cuando las encuestas demuestran que el público en general no tiene la menor idea de qué es el MIP ni qué significa el término? Es difícil entusiasmarse por algo cuando la gente más importante de su negocio (sus clientes) — no se preocupa por ello. Sus clientes están interesados en la cuestión de fondo: mantener su edificio libre de plagas.

No obstante, nuestra industria necesita comenzar a preocuparse porque grupos con intereses particulares y las agencias regulatorias gubernamentales están forzando los tiempos del MIP con un solo objetivo: la máxima restricción, y si fuera posible, la eliminación total del uso de plaguicidas en el ambiente urbano. Cuando una reglamentación falla, se formula otra para reemplazarla. Como con la mayoría de las regulaciones, aquellas que incluyen al MIP comúnmente contienen lenguaje poco claro y generalmente colocan la mayor presión en los profesionales de manejo de plagas para lograr los objetivos del MIP. Esto ocurre sin tener en cuenta que los propietarios de los edificios tienen la mayor responsabilidad y los controladores de plagas tienen poca autoridad para realizar los cambios necesarios que permitan minimizar la necesidad de utilizar plaguicidas.

MIP EN ESCUELAS.

El debate más importante se desarrolla alrededor del control de plagas en las escuelas. Muchos estados ya tienen regulaciones que exigen que las escuelas implementen un programa de MIP. La mayoría de los sistemas escolares todavía contratan sistemas de control de plagas mediante un proceso que principalmente elige la oferta más barata sin tener en cuenta las especificaciones técnicas descriptas en las ofertas. ¿Tendrá la compañía adjudicataria tiempo suficiente para analizar las necesidades de control de plagas de la escuela y preparar los informes detallados necesarios para cumplir con los postulados del MIP? Aunque así fuera, ¿Tendrá la escuela el dinero necesario para implementar las recomendaciones del profesional? Muchas empresas altamente competentes que practican el MIP, ni siquiera se molestan en cotizar para escuelas (e instituciones similares) que contratan servicios teniendo en cuenta los precios bajos. La inversión necesaria en tiempo hace que la posibilidad de retorno sea poco probable.

El MIP tiene su mayor éxito solamente en aquellas pocas escuelas y negocios comprometidos con la inversión de tiempo, dinero y recursos que hacen que un programa de MIP funcione. Tales escuelas y compañías se dan cuenta que el valor de su profesional en control de plagas reside no solamente en cuán poco caro puede cobrar su servicio sino también en el conocimiento y la experiencia tiene para analizar la situación de plagas y hacer recomendaciones prácticas y razonables. El espíritu de cooperación es inherente a estas relaciones en las cuales ambas partes aceptan su cuota de responsabilidad para obtener el objetivo de un edificio libre de plagas mientras se minimiza la necesidad de plaguicidas.

No obstante, un tema dominante de grupos con intereses especiales y agencias gubernamentales históricamente antagónicas con la utilización de pesticidas, es su objetivo levemente velado sobre la restricción completa del uso de plaguicidas. ¿Greenpeace? El sentido común y la ciencia generalmente no se encuentran presentes en las prácticas sugeridas y en las regulaciones. Un ejemplo clásico es la exultación del ácido bórico como la alternativa “segura” a los plaguicidas sintéticos usados comúnmente. No es por despreciar al ácido bórico — es un material excelente y muy necesario — pero su LD50 es mucho más baja que la de muchos productos en su dosis de aplicación (p.ej., diluciones líquidas o cebos). La verdad es que cualquier producto puede ser mal aplicado, pero si el producto es aplicado en los lugares donde la plaga está alojada, los riesgos de cualquier tipo para los ocupantes del edificio se reducen a una mínima expresión. El ácido bórico puede ser el producto peor usado en los Estados Unidos cuando cae en manos de algunas personas, como amas de casa o encargados de escuelas, que no tienen entrenamiento en control de plagas ni en manejo de productos.

USANDO PLAGUICIDAS.

¿Es posible eliminar una infestación de plagas sin efectuar ninguna aplicación de plaguicidas? Bueno, si… depende de la situación. Por ejemplo, una infestación menor de ratones caseros puede ser eliminada usando trampas o una infestación de moscas puede ser controlada mejorando la higiene y la exclusión. No obstante, la realidad nos demuestra que es necesario efectuar aplicaciones en distintos grados para varios tipos de infestaciones. Es el profesional quien debe investigar, analizar y decidir qué técnicas —químicas y/o no-químicas— resolverán el problema a plena satisfacción del cliente.

A pesar de la idea de muchos entusiastas del Manejo Integrado de Plagas que no pertenecen a la industria del Control, sobre la necesidad de establecer “umbrales de tolerancia” para cada tipo de plaga, el hecho es que el “típico ciudadano americano” exige algún tipo de acción aún cuando haya visto un solo ejemplar. La tolerancia hacia las plagas de cualquier tipo es mínima, incluso en escuelas y edificios públicos. El término “acción” ¿significa aplicación de plaguicidas todas las veces? No… pero generalmente algún tipo de aplicación es solicitada. Creer que cualquiera puede lograr “cero plaga” sin uso de plaguicidas es tener una visión muy limitada e indica desconocimiento de la cosa.

¿Cual es el rol de los plaguicidas en el MIP? Para lograr cumplir con el postulado básico del MIP sobre que se debe minimizar el uso de plaguicidas, uno se debe enfocar primero en las causas concurrentes de la infestación. La información es fundamental, y a veces el obtenerla puede significar ocupación de tiempo, que se incrementa especialmente en edificios grandes y complejos. Este proceso es todavía más dificultoso cuando tomamos contacto con el edificio por primera vez. Un primer paso critico, antes de la inspección, es analizar los registros de control de plagas y observaciones anteriores si estuvieran disponibles. Cuantos más meses o años de registros haya disponibles, mejores serán las conclusiones generales para planificar el programa de control de plagas a desarrollar.

Siempre han sido la experiencia y la creencia de este autor que cada edificio tiene su propio problema histórico de infestación. Esto es especialmente correcto en grandes edificios. Una significativa superficie de espacio en los edificios raramente, si alguna vez, requerirá servicios de control de plagas. No obstante, los encargados insisten en que cada parte del edificio debe ser tratada regularmente. ¿Por qué?

Usando los registros anteriores de control de plagas y graficando esta información en un plano del edificio, uno puede determinar las áreas de mayor riesgo. La mayoría de las áreas del edificio pueden ser calificadas como “necesitadas” o “poco frecuentes” lo que permitirá al técnico concentrar sus esfuerzos en los lugares realmente problemáticos donde la actividad de plagas es real. Además, tales áreas de alta actividad deben ser investigadas para determinar las causas de la misma. Si tales causas pueden ser detectadas y corregidas, es fácil ver donde se puede reducir drásticamente el uso de plaguicidas.

Los programas efectivos de MIP requieren un análisis continuo basado en la información actualizada sobre actividad de plagas. El MIP está basado en decisiones, lo que significa que el profesional de servicios debe determinar los pasos necesarios para cada situación de plagas, sin importar cuan pequeña pueda ser. El monitoreo es importante, pero puede llegar a ser practicado en tal medida que sea perjudicial para el éxito del programa total. El monitoreo debe ser confinado a aquellas áreas donde la actividad de plagas es posible, pero no en áreas que requieran regularmente una inspección meticulosa. Las trampas de monitoreo son colocadas muy a menudo en forma masiva en una habitación o edificio sin tener en cuenta su real propósito.

Por ejemplo, un aula puede ser un lugar donde se coloque una media docena de trampas. ¿Tuvo esta clase alguna vez una mención sobre actividad de plagas? En caso afirmativo, ¿qué tipo de plaga y donde se podría haber originado? La colocación de trampas de monitoreo requiere un chequeo de las mismas — lo que significa una inversión de tiempo — tiempo que podría ser mejor empleado en algún otro lugar. Coloque cada monitor con un objetivo en mente: determinar lo más precisamente posible alguna actividad de la plaga principal en el lugar. Las áreas de poco riesgo o actividad no necesitan monitoreo, y menos en forma regular.

LIMITANDO PLAGUICIDAS.

Todos los pasos mencionados más arriba tienen un objetivo, identificar los alojamientos activos de plagas. Solamente cuando es conocido el lugar (o lugares) donde una plaga se aloja se puede tomar la decisión de aplicar o no un plaguicida. La primera pregunta que debe formularse es si la infestación puede ser controlada o eliminada utilizando procedimientos no-químicos y que efecto pueden tener estos esfuerzos en minimizar la utilización de plaguicidas.


Blatella germánica

Por ejemplo, una población de Blatella germánica en la cocina o aulas de una escuela puede ser reducida en gran medida mediante aspiración, pero esta acción no producirá la eliminación de la infestación. Es probable que sea necesaria la aplicación de cebo o el tratamiento de algunos espacios huecos con algún plaguicida en polvo. Mediante la aspiración, lograremos reducir drásticamente la necesidad de aplicar plaguicidas para obtener el resultado deseado de “cero cucarachas”. El uso de cebos en lugar de productos residuales, reduce aún más la cantidad de insecticidas usados porque los cebos son aplicados en pequeñas cantidades directamente en los escondites de las cucarachas. Los productos residuales pueden requerir el tratamiento de muchas más grietas y espacios vacíos que lo que es necesario habiendo aspirado y colocado cebos.


Otiorhynchus sulcatus

Otro ejemplo puede involucrar la repentina aparición del gorgojo negro de la vid ( Otiorhynchus sulcatus ) en el hall u oficinas de una escuela. Los gorgojos están originándose en la hiedra que cubre las paredes exteriores de esas áreas. En el interior pueden ser removidos mediante aspiración. Se debe determinar como están ingresando al edificio y se deben adoptar las medidas de exclusión correspondientes. Un tratamiento de corto efecto residual de la hiedra detendrá la invasion de gorgojos, pero la escuela debe tener conciencia de que, a largo plazo, deberá retirar completamente la hiedra y reemplazarla con alguna otra planta alternativa.

RESUMEN.

Muy a menudo los plaguicidas son necesarios para remediar una infestación de plagas nueva o preexistente. Una vez realizado este paso, las condiciones que crearon la infestación deben ser solucionadas. Si no, es probable que sea necesario realizar tratamientos adicionales. Las aplicaciones preventivas (p.ej. tratamientos perimetrales) no están contempladas en el sistema MIP. Tiene poco sentido realizar aplicaciones en todos los lugares donde una plaga podría aparecer. El MIP indica que el profesional de control de plagas se debe enfocar en descubrir donde hay plagas activas en el exterior o que podrían tener acceso al edificio y cumplir con los pasos apropiados, incluyendo aplicaciones, si fuere necesario.

Algunas situaciones podrían requerir un uso extensivo de plaguicidas mientras que otras exigen pequeñas aplicaciones o ninguna. Los profesionales deben estar preparados para obtener y analizar la información referida a plagas y tomar las decisiones apropiadas con respecto a los tratamientos. Los plaguicidas tienen un rol significativo en el Manejo Integrado de Plagas estructurales. No permita que ningún grupo o individuo trate de convencerlo de lo contrario. No obstante, los plaguicidas deben también ser utilizados criteriosamente, aplicándolos en los lugares donde se obtendrá el mejor resultado.

El autor es entomólogo registrado, sanitarista registrado y gerente de servicios técnicos de Terminix International, Memphis, Tenn.

Traducción:
Carlos A. Bertomeu